Claro que existe. Que me lo digan a mí. Pero aunque el stress es una respuesta lógica ante la necesidad de cambiar de ritmo, no conviene dejar que se salga de madre.
El síndrome postvacacional se puede definir como el estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones y de ocio con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento.
El estrés es un proceso normal de adaptación a las demandas del ambiente. Cuando tenemos que adaptarnos a nuevas demandas experimentamos una serie de cambios o reacciones a nivel corporal o físico, a nivel mental o cognitivo, así como a nivel conductual. Estos cambios se caracterizan por la activación, aceleración de funciones, o puesta en marcha de nuevos recursos, con el fin de tratar de dar respuesta a dichas demandas. Así, por ejemplo, cuando una persona tiene que atender una tarea de su vida cotidiana con urgencia, su comportamiento se vuelve más apresurado, más activo, más dinámico; pero para que pueda poner en marcha este nuevo ritmo de conducta, se habrán desarrollado y se estarán activando una serie de reacciones a nivel físico y psicológico, de manera que se incrementarán sus respuestas fisiológicas (tasa respiratoria, cardiaca, respuestas electrodermales, temperatura, etc.) y cambiarán sus procesos cognitivos (la atención se centrará más en la tarea urgente, dejando de lado otras, se activarán procesos rápidos de pensamiento o solución de problemas, etc.).
Se presenta como un estado de malestar genérico, con síntomas tanto psíquicos como físicos, afectando principalmente a personas jóvenes, menores de 45 años. Puede presentarse de diversas formas: Síntomas físicos como cansancio generalizado, fatiga, falta de sueño, dolores musculares, falta de apetito o de concentración … Síntomas psíquicos como irritabilidad, tristeza, falta de interés o nerviosismo…
Nuestras recomendaciones:
- Aunque es difícil, es importante que te prepares para llevar a cabo tu rutina nuevamente de una forma positiva.
- Recuerda: ¿Cómo se come un elefante? A bocaditos. Ve poco a poco, organizando las tareas, priorizando las más urgentes.
- Busca lo que más te agrade del trabajo o de tu rutina diaria… y disfrútalo!
- Si tu síndrome postvacacional se ha convertido en una depresión más profunda de lo esperado, no dudes en visitar a un especialista que te pueda orientar y ayudarte a superar esta situación
- Y cómo no, ¡Pásate por Masajes Alborada! Nuestros masajes relajantes y descontracturantes pueden hacer maravillas con ese estado de ánimo.